Die Antwoord
La primera visita del dúo sudafricano fue sumamente esperada, y claro, no hubo ningún tipo de decepción. Irreverentes, intensos y animando a un feroz publico en medio de una apretada carpa, Die Antwoord prendieron cómo pocos lo han hecho en el festival. Solo hicieron falta unos buenos beats, muñecos inflables obscenos y un acento inglés muy particular para lograrlo
Damon Albarn
Damon Albarn ha estado con sus más populares facetas en México. Ya sea en un íntimo concierto con Blur, detrás de bambalinas con Gorillaz o presentando su material como solista en el Corona Capital. El año pasado, el británico fue claramente uno de los mejores actos del festival. Además de tocar sus excelentes nuevas canciones, Albarn deleitó al público con clásicos de Gorillaz y una que otra rareza de Blur. Está claro que ama a los mexicanos.
Beck
Beck por fin visitó el país tras una larga espera. Aunque hayan tenido que pasar bastantes años para poder verlo aquí, su show valió totalmente la pena. Con una gran banda conformada por figuras del rock alternativo, un repertorio que cubrió casi todas las etapas de su trayectoria y un final de locura, Beck demostró el porqué es considerado un ícono del rock contemporáneo.
Sigur Rós
Tras haber dejado a todo el público decepcionado en aquella fallida presentación dentro del festival Colmena, los islandeses regresaron con una alineación más reducida, pero igual de potente. Haciendo gala de un sonido más agresivo, Sigur Rós sonaron fuerte, contundentes y con una magia que solo ellos son capaces de crear.
Pixies
Pixies cerraron aquella primera edición del festival hace casi media década. Todavía con Kim Deal entre sus filas, la banda ofreció un largo set con la mayoría de sus éxitos incluidos. En este 2015 regresan al Corona Capital con un nuevo disco bajo el brazo y una bajista que sustituye a Deal. Esperemos y no decepcionen.
Portishead
Quizá la mejor presentación que haya habido en la historia del festival hasta el día de hoy. Con decenas de miles como testigos, Portishead ofrecieron una emotiva velada que estuvo cargada de tensión, nostalgia y sentimientos encontrados. La misma Beth Gibbons pareció sentirse abrumada por la energía del público en algún momento y al final no pudo evitar bajar para acercarse un poco más. Difícilmente volveremos a ver a un concierto así en el país.