Carta de sangre
Taecyeon es una estrella de K-Pop sumamente reconocida. En una ocasión, el cantante recibió una carta muy extraña con tinta que parecía ser sangre. Lo que no imaginaba es que la supuesta niña que la escribió admitió que lo había hecho con su menstruación. En el texto, esta extraña persona dedica su “carta de menstruación” a Taecyeon, además de mandarle también algunos vellos púbicos.
Beliebers
Emma Philips, una niña neozelandesa de 16 años, tuvo la oportunidad de conocer a Justin Bieber durante uno de sus conciertos. En la reunión, la estrella tomó de una botella de agua, la cual la chica se la quedó y más tarde la vendió en línea por 624 dólares.
De igual manera, durante su estancia en Londres, un grupo de “beliebers” hicieron cerca de 2 mil llamadas al hotel donde su ídolo se estaba hospedando con la esperanza de hablar con él. La gerencia tuvo que cambiar los números después de este incidente.
Miley Cyrus en la piel
Carl McCoid, un inglés de 39 años, ha gastado cerca de 500 libras haciéndose 15 tatuajes de Miley Cyrus. Este tipo afirma que fue gracias a la cantante que pudo superar su divorcio y que en realidad ella es ahora su esposa. McCoid espera que algún día Cyrus lo contacte por su extraña manía.
Loco por los tweets
En una ocasión, un hombre mandó 18 mil tweets a la cantante Ashley Tisdale y después apareció en su casa. El tipo escribía a Tisdale cosas como que sería su amigo hasta el infinito y que su alma era suya.
Nadando en casa ajena
El año pasado, un hombre fue arrestado después de nadar en la piscina de una de las casas de Taylor Swift. Cuando fue aprehendido, el hombre explicó que solo estaba nadando para después ir a conocer a Swift.
Ni siquiera Kim Kardashian
En 2011, una mujer llamada Linda Resa se cambió el nombre a Mrs. Kanye Resa West, por supuesto, en honor a su rapero favorito.
Enviado divino
Thomas Brodnicki, de 46 años, declaró que había viajado por medio Estados Unidos después de que Dios le pidió que asesinara a Selena Gomez. Afortunadamente, la joven cantante obtuvo una orden de restricción en su contra, la cual el hombre aceptó afirmando que era la única forma en la que podría mantenerse aleado de ella.